En este artículo te contamos cómo afrontar mejor la fase vegetativa del cannabis. Muchos creen que este período de crecimiento no es importante, pero no es así en absoluto. ¿Has visto alguna vez un campo de cannabis con flores increíbles?
Si los has visto es porque la fase vegetativa se realizó escrupulosamente, siguiendo parámetros muy importantes para el cultivo de marihuana. Lee el artículo completo para descubrir cómo cultivar cannabis correctamente, los trucos y secretos para afrontar mejor tu cosecha. En concreto hablaremos de:
- ¿Cuáles son los factores más importantes?
- El sustrato
- los nutrientes
- La luz
- Irrigación
La fase vegetativa es el momento en el que la planta de Cannabis pasa de ser una planta esbelta y de aspecto muy delicado a parecer un auténtico árbol. La plántula acaba de emerger de la semilla, que se ha abierto dejando al descubierto un pequeño brote frondoso , que parece verdaderamente indefenso.
La planta crece y se vuelve más fuerte, llenándose de hojas cada vez más grandes, lo que le permitirá absorber la mayor cantidad de luz posible durante la fotosíntesis . El tallo se vuelve más robusto y se llena de pelos y el brote de apenas un par de semanas antes es sólo un recuerdo.
Muchos cultivadores novatos piensan que la fase vegetativa es menos importante que la floración, pero se equivocan. El camino de crecimiento de la planta es un ciclo, y si una de sus fases no transcurrió como se esperaba, las siguientes inevitablemente también se verán afectadas.
Una planta que ha tenido un crecimiento irregular se desarrolla mucho menos y, en consecuencia, no producirá las cosechas impresionantes que podría haber dado.
¿Cuáles son los factores más importantes?
El éxito de la fase de crecimiento de una planta de Cannabis está ligado a la estabilidad de algunos parámetros : es importante que el suelo en el que se desarrollan las raíces sea el más adecuado para la planta.
Que las variaciones de luz sean constantes, que las plantas tengan suficiente oxígeno y que se les aporte agua y todos los nutrientes adecuados.
Por lo tanto, es necesario mantener constantemente bajo control estos factores . Por poner un ejemplo de cultivo interior, si faltara oxígeno dentro del cuarto de cultivo, porque la extracción de aire es insuficiente o nula, el potencial de crecimiento de las plantas se vería afectado.
El sustrato
El sustrato es muy importante, porque es el lugar donde nacen y se desarrollan las raíces de la planta, fundamental para su existencia y crecimiento.
Diferentes sustratos pueden ofrecer diferentes tasas de crecimiento. Los más comunes son la tierra , el coco y el agua . No existe lo mejor absoluto, cada uno tiene sus propias cualidades, fortalezas y debilidades.
El suelo permite un crecimiento rápido sólo si está adecuadamente aireado y tiene una estructura ligera: las raíces necesitan oxígeno y se desarrollan mejor cuando crecen en un sustrato ligero y aireado.
Por ejemplo, si la tierra ha sido compactada contendrá menos, con importantes consecuencias sobre el desarrollo de la planta. La ventaja de cultivar tu planta en tierra para macetas es que puedes retrasar el uso de nutrientes líquidos.
La tierra contiene muchos nutrientes y esto permite no añadir alimentos líquidos tan pronto. Empezar con buen pie es clave, por lo que la tierra para macetas es el sustrato perfecto para los cultivadores principiantes .
El coco es un medio de cultivo aún más aireado . Garantiza un excelente comienzo, porque las raíces se desarrollan muy rápidamente gracias a la abundancia de oxígeno que contienen las fibras de coco.
Como resultado, la planta será más fuerte y crecerá más rápido.
El inconveniente del coco es que no contiene nutrientes, por lo que hay que empezar a administrar nutrientes líquidos a la planta desde muy temprano.
Es raro, pero puede suceder. En este caso será necesario enjuagar el sustrato , dándole a la planta más agua de la necesaria, para que el agua no absorbida "enjuague" las fibras de coco.
Por lo tanto, el coco , aunque no es difícil de usar, no se recomienda para cultivadores sin experiencia .
El uso de agua como sustrato, es decir, el cultivo hidropónico de cannabis , permite un crecimiento muy rápido, pero hay mucho en juego.
Es un sistema muy laborioso, que requiere el uso de muchos dispositivos eléctricos, que exponen continuamente a las plantas al riesgo de averías o apagones.
El agua en la que se sumergen las raíces hace que se desarrollen muy rápidamente, gracias a la gran cantidad de oxígeno que contiene, pero hay que tener mucho cuidado.
Si eres principiante, lo mejor es evitarlo.
los nutrientes
Durante el periodo de crecimiento, las plantas necesitan recibir muchos nutrientes, especialmente nitrógeno y potasio .
Es fácil darse cuenta si estás haciendo algo mal: si tienen una deficiencia de nitrógeno o potasio, las plantas amarillean rápidamente.
Si utilizas tierra, esta fase transcurrirá sin problemas, porque la tierra apta para el cultivo de Cannabis ya contiene suficientes nutrientes para tres/cuatro semanas.
Por lo tanto, no es necesario añadir fertilizantes hasta el período de floración.
Cuanto más grande sea la planta, mayor será la necesidad de fertilizante ; puede suceder que en determinado momento la planta presente falta de nutrientes a través de las manchas amarillas antes mencionadas.
Habrá que aumentar la dosis de agua fertilizada o habrá que administrar nutrientes con mayor frecuencia.
La luz
En cuanto al cultivo interior, la mayoría de cultivadores están acostumbrados a someter sus plantas de Cannabis a un fotoperiodo de 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad.
Utilizando lámparas HID controladas por un temporizador. Utilizar un cronómetro es fundamental, porque un fotoperiodo irregular provoca un gran estrés a las plantas, que ya no sabrían saber cuándo crecer y cuándo florecer, con el riesgo de volverlas hermafroditas.
La alternancia es muy importante, porque la luz y la oscuridad influyen en el ciclo vital de la planta .
La fotosíntesis se produce durante las horas del día : a través de la clorofila la planta absorbe la luz y convierte la energía luminosa en energía química.
Por el contrario, durante las horas de oscuridad la planta sólo realiza respiración celular , absorbiendo oxígeno y liberando dióxido de carbono, fundamental para el metabolismo de la célula.
El equilibrio entre estos dos procesos es fundamental para el correcto desarrollo de la planta.
En cuanto al tipo o calidad de la luz para la fase de crecimiento, existen varias opciones.
- lámparas de halogenuros metálicos de 250, 400 y 600 W, CFL de bajo consumo;
- lámparas mixtas
- paneles LED
- Iluminación LEC o CHM.
Si no hay motivo para acelerar el proceso de crecimiento, es mejor utilizar lámparas ahorradoras de energía como las CFL de 250W, que son lámparas de luz blanca fría , que no producen calor y reducen notablemente los gastos.
Si por el contrario tenemos prisa por cultivarlas y queremos ahorrar tiempo en la fase de crecimiento, utilizaremos bombillas de luz blanca HM con una potencia de 400W – 600W. Estos bulbos aceleran el proceso de crecimiento pero producen más calor.
También puedes utilizar bombillas HPS mixtas de 400W – 600W, que combinan los espectros necesarios para el crecimiento y floración de las plantas de marihuana.
No será necesario sustituir la lámpara para que la planta entre en floración, sino que simplemente será necesario cambiar el fotoperiodo, con 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad.
Cuanto más potente es la luz, más calor produce.
Este es un aspecto que no se debe subestimar, pues las plantas deben vivir entre 22 y 26 grados durante las horas de luz , y entre 18 y 22 grados durante las horas de oscuridad .
Por tanto, será necesario prestar mucha atención a la temperatura y equiparse con un buen sistema de ventilación y extracción o, al revés, utilizar calefacción o aire acondicionado.
Si tu entorno de cultivo es muy seco, es posible que también necesites un humidificador; en fase de crecimiento se recomienda que los valores de humedad relativa estén dentro del 60%/70%.
Irrigación
El requerimiento de agua sigue proporcionalmente el crecimiento de la planta , y aumenta a medida que aumenta su tamaño.
La cantidad y frecuencia de riego aumenta a medida que pasan las semanas. Es muy importante estar atentos y responder a esta creciente demanda de agua, especialmente en los cultivos de coco.
La temperatura ideal del agua de riego debe rondar los 22 grados .
Comprobar el pH (coeficiente que indica la acidez o alcalinidad del agua) y la CE (electroconductividad o nivel de sales disueltas) del agua de riego son factores a tener en cuenta, porque de ellos depende la mejor asimilación de los nutrientes de la planta .
El pH recomendado del agua de riego para un cultivo de marihuana en suelo está entre 6 y 6,8. La CE del agua debe rondar los 0,4-1,2 miliSiemens (dependiendo del tipo de suelo utilizado y de la cantidad de fertilizante que contenga).
En coco e hidroponía usaremos un pH más bajo, en torno a 5,5-6 y una EC ligeramente superior, entre 1,4 y 1,6.
La marihuana es una planta que prefiere riegos abundantes , pero no demasiado frecuentes. Una excelente forma de regar las plantas de Cannabis es añadiendo agua en las partes bajas de su sustrato . De esta forma será posible controlar con mayor precisión las necesidades hídricas de las plantas.
Una forma sencilla de hacerlo consiste en colocar las macetas en un recipiente lleno de agua, de modo que el agua sea absorbida y empujada hacia arriba, donde las raíces tendrán la tarea de asimilarla.
Las raíces de las plantas absorben agua según el principio de ósmosis : buscan constantemente el equilibrio entre la cantidad de agua contenida en las raíces y la presente en el sustrato externo.
Una vez alcanzado el equilibrio, las plantas detienen el proceso de absorción . Regar las plantas desde abajo estimula que las raíces crezcan más y se desarrollen hacia abajo , en busca de agua, favoreciendo un desarrollo mucho más sano.
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